Esclavos de Corazón

Muchas veces somos como el pueblo de Israel; ellos fueron esclavos por cientos de años en la tierra de Egipto, pero un día Dios cumple su promesa y los saca de ahí, les da libertad y los guía hacia la Tierra Prometida. Aún así, aunque sus cuerpos ya no eran esclavos, sino libres, su mente y corazón seguían en esclavitud en Egipto.

Ellos incluso llegaron a reclamarle a Dios y a Moisés, diciendo que estaban mejor en Egipto, viviendo en esclavitud. Después de ser esclavos por generaciones, aprendieron a amar sus cadenas, las abrazaron como parte de su identidad, y una vez que ya no las tenían, su corazón anhelaba volver a ellas. Después de ser liberados, no abrazaron su nueva identidad, sino que su mente y corazón seguían atados.

No sé cuáles son tus cadenas, pero sé que a traves de Jesús ya hemos sido liberados; ya no somos esclavos, sino hijos, y hasta que no aprendamos a abrazar esa libertad y esa nueva identidad en Cristo, no podremos disfrutar de nuestra Tierra Prometida.

Esa libertad es un hecho, y tiene poder sobre nuestra vida, pidamos a Dios que quite de nuestros ojos el velo y nos ayude a ser transformados de acuerdo a nuestra nueva identidad.

Manténganse, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no se sometan otra vez al yugo de la esclavitud.

Gálatas 5:1 RVC